Vista de la capilla de la Casa Hermandad. |
Celebrando el día de nuestra Señora Virgen de la Esperanza
La Esperanza, detrás su hijo el Nazareno |
El viernes 18 de diciembre la Hermandad ha organizado, como viene haciendo diversos años, un día importante en la festividad cristiana dedicado a María: La Expectación de María.
Con este motivo en la Casa Hermandad se ha celebrado un acto familiar y de recogida, haciendo quedar pequeña la Casa para poder compartir un rato en hermandad y con María.
El acto ha contaco con la presencia del coro Paz y Bien del Colegio de San José que ha dedicado cantos a María a lo largo del acto.
Después de escuchar la Palabra se ha procedido a una ofrenda floral por tal de engalanar los pies de María, representada con la imagen de Nuestra Señora de la Esperanza. Detrás de ella, como el que ha de venir, su hijo Jesús representado con la imagen de Jesús el Nazareno.
Hermanos y hermanas han llevado pequeños ramos para hacer un gran manto floral a los pies.
Después de la ofrenda, el consiliario y rector de María Auxiliadora, mn. Jordi Espí, ha leído el evangelio de la Visitación, dónde María visita a su prima Isabel y el niño salta de alegría en sus entrañas, mientras la prima le dice Dios te Salve María, bendita tu eres, y bendito es el fruto de tu vientre Jesús.
Un solemne besamos se ha realizado después de escuchar la Visitación, mientras se oía los sones del coro Paz y Bien.
El acto ha acabado con una lectura de poemas y una felicitación a seguir esperando al que ha de venir, y preparando su llegada.
Detalle del interior de la capilla, que se ha quedado pequeña. |
La expectación de María en la historia.
El 18 de diciembre es el día
escogido para celebrar la liturgia de la Divina Maternidad de la Virgen María. Es un día especial para la madre, esa joven que
escuchando las palabras del arcángel se entregó a llevar en su seno al Rey de todas
la naciones que vendría a iluminar al hombre y salvarlo. Una joven que a sabiendas de la duro que
sería tener que engendrar un hijo sin tener sin estar casada, acepto de buen
grato para convertirse en la primera en explicar años después el misterio de la
resurrección.
La Natividad es una fiesta del
nacimiento de Jesús, pero también es un tiempo dedicado a la Madre y al Hijo de
forma conjunta. Por este motivo se escogió instituir esta fecha para poner el
acento en María en este tiempo de Adviento, el tiempo de espera y preparación:
un tiempo de Esperanza del nacimiento del Infante Divino, del Mesías que ha de
venir a salvar a la humanidad, del Hijo de Dios. Por este motivo este día coge,
especialmente en España el acento las advocaciones marianas dedicadas a la
Esperanza.
Se podría decir que sin duda, es
una festividad que tienen su impulso en la Iglesia española que le dedicó esta
festividad a Santa María. Fue en el
Concilio X de Toledo, celebrado el año 656 d.C. con la presencia de los Santos
Padres San Eugenio, San Frutuoso de Brada y San Ildefonso, que quisieron dar
mayor solemnidad a la festividad de la Maternidad Divina de María y decretaron
que se celebrara ocho días antes de la Natividad. Para no contradecir la Iglesia de Roma, se
mantuvo también el 25 de Marzo, y con el paso de los siglos el 18 de diciembre
cogió fuera como día de celebración de María. A lo largo del tiempo tuvo
diversas denominaciones, destacando la de Expectación del parto de Nuestra
Señora, Nuestra Señora Virgen de la Esperanza y Virgen de la O, recordando a
las exclamaciones de las Antífonas y odas a María.
Este día celebramos que María se
prepara, Madre de toda Esperanza, para
la llegada de Jesús, María expectante para la llegada del nacimiento.
El verde y el ancla esperanza
La historia ha otorgado a la
Esperanza el color verde; pero su representación histórica ha sido de una
figura femenino llevando un ancha, que representaba además la virtud de la Fe y
la Caridad.
El ancla aparece en el libro de
los Hebreos (Hebreos 6:18-19) dónde se dice que “buscando refugio, nos
aferramos a la Esperanza que está delante de nosotros. Tenemos como firme y
segura ancla del alma una esperanza (…)”. Se ha representado pues el ancla como
símbolo de esperanza seguro de la salvación en Jesús. Por esto motivo en los escudos de muchas
hermandades con advocación de Esperanza aparece el ancla. Y el verde con el tiempo se
ha asociado también, ya que es el color de la primavera, de la hierba que cubre
todo y los árboles dan su fruto… así pues el verde es un síntoma… la tierra da
el fruto y la esperanza el fruto cierto.
La Esperanza de Mataró 1950. Foto. S.D. |
Hoy en día existen en España
multitud de Hermandades y Cofradía dedicadas a la Virgen o Nuestra Señora de la
Esperanza, e incluso diversas en la misma ciudad, como es el caso de Sevilla
donde coexisten la Esperanza Divina Enfermera, Ntra. Sra. de Gracia y
Esperanza, Ntra. Sra. de la Esperanza Macarena, Ntra. Sra. de la Esperanza de
Triana, Nuestra Señora de la O y Nuestra
Señora de la Esperanza (trinitaria).
Y en Mataró Nuestra Señora de la
Esperanza, que no aunque hay constancia de la existencia como cofradía antes de 1950 sobretodo por la influencia andaluza, la devoción a la Mare de Déu de l'Esperança se remonta en la ciudad a 1587 a una capilla con su nombre y dónde hoy se encuentra la Parròquia de la Mare de Déu de l'Esperança en el Cementiri dels Caputxins.