Momento de la celebración de la Misa del centenario |
Durante estos días ha habido números actos y actividades en la parroquia de María Auxiliadora para recordar a quién fue su primer rector y fundador. Pero también para poner el acento en aquel hombre de su época que además de su función pastoral, fue un revulsivo formativo, cultural y social en el barrio de Cerdanyola.
Cantando l'hora del adéus que siempre cantaba al final mossèn biscuter |
Hoy en día, después de 50 años, muchos son sus estudiantes, amigos y vecinos que recuerdan aquel estirado religioso con su particular vehículo, que le propinó el sobrenombre popular de mossèn biscuter. Nombre, amable, que lo llevó hasta nuestros días.
Un párroco que apostó por el cine, el teatro, la formación y refuerzo de los hijos de andaluces, extremeños y murcianos que llegaban a un barrio en transformación y lleno de desigualdades sociales.
Intevención frente a su tumba en el cementiri de Caputxins. |
Afrentó también la construcción de la parroquia la función pastoral de un barrio que pasó de pocas casas a más de 35 mil habitantes en pocos años en un contexto político y social complejo.
Hoy, en la efeméride del centenario de su nacimiento, comunidad parroquial y antiguos estudiantes organizaron el pase de un film sobre la construcción del barrio y la parroquia, una exposición fotográfica, un homenaje frente a su tumba, un pasacalles y una misa en su honor y gloria.
Gracias padre González Haro, moltes gràcies mossèn biscuter.
La colla del gegant mossèn Biscuter |