Celebración festividad de Fátima

 


Cada 13 de Mayo se celebra en todo el mundo la aparición de Ntra. Sra. de Fátima. En Mataró se concentra la celebración en el Convento de la Capuchinas. 

Nuestra Hermandad, cada año asiste a este acto en muestra de agradecimiento a las hermanas y en unión en María. 

El Nazareno y las Capuchinas.

Después de la Guerra Civil, la antigua Confraria del Sant Crist de l'Agonia cedió al Centre Catòlic una imagen del Nazareno de Mataró. 150 miembros formaban parte de esta sección en 1950. 

Después de la desaparición de las procesiones en Mataró en 1969, se recuperó esta imagen del Centre Catòlic (Sala Cabanyes). 

Ese año de 1987 el Nazareno de la Sala Cabanyes salió en procesión el Viernes Santo junto a otras imágenes de la ciudad. 

En 1988 un grupo de personas que se habían organizado a partir de la Comissió de Setmana Santa, fundaron la secció del Natzaré y al poco la Hermandad de N.P. Jesús Nazareno. 

Al año siguiente ya no se dejó la imagen del Natzaré y se adquirió un nuevo Nazareno. Ante la dificultad de poder continuar o bendecir la imagen y sus cultos, las hermanas del  Convent de les Caputxines se ofrecieron a acogerlo y bendecirlo. 

Así pues, se iniciaba la procesión del Viernes Santo siempre desde Capuchinas. 

Ha sido así hasta que la Comissió de Setmana Santa alteró la salida concentrando todos los pasos en la Basílica. Aún así, la hermandad en recuerdo sigue concentrándose cada Viernes Santo en Capuchinas. 

También, como agradecimiento, desde aquél año, la Hermandad asiste a la participación de la celebración de Fátima, una de las imágenes con devoción en esta comunidad. 

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La historia de Fátima.


El 13 de mayo de 1917, cuando la I Guerra Mundial había asolado ya gran parte del continente europeo y en Rusia se gestaba la revolución comunista, ocurrió en Portugal un fenómeno extraordinario.
Lucía dos Santos, Jacinta y Francisco Marto contaban diez, seis y nueve años respectivamente. Oriundos de Fátima, un pequeño pueblo relativamente cercano a Lisboa, dedicaban gran parte de su tiempo a pastorear ovejas. Desde hacía unos meses, daban testimonio de un hecho demasiado grande para la mentalidad racionalista moderna: un ángel se apareció ante ellos en tres ocasiones, exhortándolos a rezar por los pecadores y a ofrecer sacrificios al Señor.
Los niños se dirigieron, con sus ovejas, a un lugar próximo a Fátima llamado Cova da Iria. En un momento determinado, Lucía atisbó en una encina ‘a una mujer más brillante que el sol’ que, vestida de blanco y engalanada con un manto de bordes como dorados, sostenía un rosario entre sus manos. Era la aparición de Ntra. Sra. de Fátima.







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