La mañana del Viernes Santo fue el momento para el Vía Crucis Interparroquial.
Un acto que se remonta a más de 300 años desde el impulso que hicieron los hermanos capuchinos de Mataró y que mantiene el mismo recorrido desde la Basílica de Santa María a la Esperanza, dónde estaba la antigua ermita, posterior convento y actual cementerio dels Capuchins.
Contó con la participación de las comunidades, los portants del Sant Crist de la Bona Mort, Sant Josep y del Sant Crist de l'Agonia y con la presencia de todos los preveros y monseñor Javier Vilanova, obispo Auxiliar de Barcelona.