Uno de los momentos más íntimos, entrañables y emotivos fue en el inicio de la Procesión del Jueves Santo, Noche Morada.
Un instante que pasó desapercibido para gran parte del público asistente, pero que la mayoría de la Hermandad conocía y quería dar una notable acogida y reconocimiento a la familia de Merino Salgado.

Gracias a la Fundació Tay-Sachs y a la familia Merino Salgado hemos conocido esa terrible enfermedad, pero también hemos conocido una manera de afrontar el destino y la vida con una gran sonrisa. Ante las cruces de la vida, el pequeño Aleix siempre tenía su gran sonrisa.
Por eso, nuestra Hermandad quiso tenerlo bien presente y que su mensaje llegara a todas las personas que durante esta Semana Santa buscaban amparo, cariño o un motivo ante la vida.
Para los portadores de la Esperanza fue un gran honor poder compartir ese momento bajo el paso y tener bien presente a este pequeño que sigue sonriendo eternamente. Muchas gracias valiente.